Un duque brutalmente asesinado en un convento hace más de 700 años ha sido identificado positivamente gracias a una moderna investigación científica. Los investigadores que estudian restos óseos excavados en Budapest han confirmado que la víctima era Béla de Macsó, un duque húngaro asesinado en 1272, y han revelado detalles inquietantes sobre la naturaleza violenta de su muerte.
Desenterrando un esqueleto misterioso
El esqueleto fue descubierto inicialmente en 1915 durante una excavación arqueológica de un convento dominico en la Isla Margarita, ubicada en el río Danubio en Budapest. Los investigadores sospecharon entonces que los restos pertenecían a Béla de Macsó, el nieto de 29 años del rey Béla IV, que había encargado la construcción del convento. Los registros históricos de la Austria del siglo XIII indican que el duque fue asesinado en la isla en noviembre de 1272, como parte de una lucha por el poder por el trono húngaro. Sin embargo, la tecnología disponible en ese momento impidió una identificación definitiva.
Desafortunadamente, el esqueleto se perdió durante la Segunda Guerra Mundial, pero resurgió notablemente en 2018. Fue encontrado en una caja de madera en el Museo de Historia Natural de Hungría, lo que provocó nuevas investigaciones utilizando técnicas avanzadas, incluida una reconstrucción facial.
Evidencias de un ataque espantoso
El análisis reveló una asombrosa cantidad de lesiones: nueve en la cabeza y la cara, y 17 adicionales en el resto del cuerpo, todas ocurridas en el momento de la muerte. Martin Trautmann de la Universidad de Helsinki y sus colegas examinaron meticulosamente estas heridas. Al marcar un esqueleto modelo educativo con las mismas heridas y simular varios escenarios, intentaron reconstruir la secuencia del ataque, describiéndolo como “como una película stop-motion”.
Los investigadores concluyeron que dos o tres agresores acorralaron al duque, atacándolo por delante y por los lados. Probablemente intentó defenderse, levantando los brazos para bloquear los golpes. Atrapado sin escapatoria, finalmente cayó y se rompió el cráneo. Sin embargo, la lucha continuó, y el duque resistió ferozmente con su pierna izquierda incluso mientras yacía de costado, hasta que una puñalada mortal le atravesó la columna vertebral. Luego, sus atacantes le infligieron más heridas múltiples en la cabeza y la cara.
Si bien el golpe final probablemente resultó fatal, la magnitud de la hemorragia también sugiere que podría haber sucumbido a la pérdida de sangre. La datación por radiocarbono confirmó que la muerte ocurrió a mediados del siglo XIII.
Información sobre la dieta y la genética
Más allá de los detalles del ataque, el estudio proporcionó más información sobre la vida del duque. El análisis de la placa dental reveló una dieta lujosa rica en sémola de trigo cocida y pan de trigo horneado.
El análisis genético identificó definitivamente al hombre como descendiente de cuarta generación del rey Béla III de Hungría y pariente de octava generación de Dmitry Alexandrovich, un príncipe regional ruso del siglo XIII. Estos hallazgos están fuertemente alineados con los registros históricos que detallan el linaje del duque.
Una investigación genética adicional también reveló una mezcla de ascendencia (orígenes del Mediterráneo oriental de su madre y raíces escandinavas de su padre) consistente con los relatos históricos de su ascendencia. Además, el análisis de ADN sugirió que el duque probablemente tenía piel oscura, cabello oscuro y rizado y ojos castaños claros.
Un evento histórico previamente oscuro iluminado
Los nuevos hallazgos científicos “arrojan luz convincente sobre un acontecimiento histórico poco comprendido”, afirma el historiador medieval independiente Tamás Kádár. Sin testigos contemporáneos, el texto austriaco principal sólo afirmaba que el duque fue “derribado en una miserable matanza en una isla cerca de Buda” y sus miembros “cortados en pedazos”, recogidos por su hermana y su tía.
Kádár, que escribió una biografía de Béla de Macsó, enfatizó que la brutalidad del ataque pone de relieve una hostilidad y un odio profundamente arraigados. “El hecho de que su cuerpo fuera descuartizado, y tal vez aún más mutilado después de la muerte, indica sin duda una gran hostilidad y odio”, dijo. “El objetivo principal era matar a Béla, eliminarlo; su muerte rápida y segura era el objetivo principal”.
La meticulosa investigación científica ha sacado a la luz una parte perdida de la historia húngara, proporcionando detalles sin precedentes sobre un brutal asesinato y el hombre que fue su víctima.





























