Pequeñas arañas tejedoras de orbes en rincones remotos del mundo han desarrollado una estrategia notable para sobrevivir: crear señuelos gigantes y amenazadores con seda, restos de plantas e incluso restos de sus presas. Estas falsificaciones con forma de arácnido son tejidas por las arañas Cyclosa inca que se encuentran en la Amazonía peruana y la especie Cyclosa longicauda en Filipinas.
Estos tejedores en miniatura, que miden sólo una fracción de pulgada (2,5 milímetros) de largo, crean intrincadas redes en forma de rueda. Pero dentro de estas clásicas redes orbes se esconde un secreto sorprendente: elaborados señuelos que eclipsan a las propias arañas. Algunas se parecen a toscas figuras de palos, mientras que otras imitan con precisión la forma y el tamaño de arañas más grandes e intimidantes.
Esto no es simplemente una peculiaridad artística. Los investigadores ahora entienden que estos señuelos desempeñan un papel crucial en la supervivencia de estos pequeños depredadores. A diferencia de otros tejedores de orbes que construyen refugios de seda dentro de sus redes para protegerse, las arañas Cyclosa dedican mucho tiempo y recursos a construir estas elaboradas falsificaciones.
“Disponen meticulosamente los detritos, los cadáveres de sus presas y la seda en una estructura que no sólo es más grande que su propio cuerpo, sino que se asemeja claramente a la silueta de una araña más grande y amenazadora”, explica George Olah, autor principal de un nuevo estudio publicado en Ecología y Evolución. “Estas arañas convierten sus telas en teatros de engaño”.
La razón detrás de esta táctica inusual probablemente sea doble. En primer lugar, estos grandes señuelos probablemente ahuyentan a depredadores como pájaros y lagartos, convenciéndolos de que la red pertenece a una araña más grande y potencialmente peligrosa. Esto mantiene a raya a posibles atacantes. En segundo lugar, la coloración de las arañas coincide con los tonos de sus señuelos, camuflándolos efectivamente entre la materia vegetal enredada y los restos de sus presas.
Cuando se sienten amenazados, estos pequeños maestros del disfraz no se limitan a esconderse; añaden otra capa a su engaño. Las arañas Cyclosa sacuden sus abdómenes dentro de los señuelos para crear vibraciones que imitan a una araña más grande en movimiento, reforzando aún más la ilusión.
El estudio sugiere que estos elaborados señuelos pueden ofrecer ventajas más allá de la disuasión de los depredadores. Podrían servir como refugios seguros para la puesta de huevos, atrayendo potencialmente a sus presas e incluso fortaleciendo sus redes contra condiciones climáticas adversas. Investigaciones futuras arrojarán luz sobre estos beneficios adicionales.
Este descubrimiento destaca la increíble adaptabilidad de las arañas y su sorprendente creatividad para navegar en un mundo lleno de amenazas. También subraya la importancia de continuar la exploración en ecosistemas menos conocidos como la selva amazónica, donde la naturaleza continúa revelando sus notables secretos.





























