El telescopio James Webb detecta un ‘planeta infernal’ desafiando las expectativas

23
El telescopio James Webb detecta un ‘planeta infernal’ desafiando las expectativas

El Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha identificado un exoplaneta, TOI-561 b, que desafía los modelos actuales de formación planetaria. Esta súper Tierra, situada a 280 años luz de distancia en la constelación de Sextans, posee una atmósfera sorprendentemente espesa a pesar de orbitar extremadamente cerca de su estrella. El descubrimiento sugiere que los planetas pueden formar y retener atmósferas en condiciones antes consideradas inhóspitas, lo que obliga a los astrónomos a reevaluar las teorías predominantes.

Un mundo abrasador y bloqueado por las mareas

TOI-561 b tiene aproximadamente 1,4 veces el tamaño de la Tierra y completa una órbita alrededor de su estrella en sólo 11 horas. Esta rápida órbita lo coloca en la categoría de exoplanetas de período ultracorto, orbitando a 1/40 de la distancia entre Mercurio y el sol. Como resultado, el planeta está bloqueado por mareas: un lado mira perpetuamente a su estrella, creando un lado diurno y un lado nocturno permanentes.

La anomalía atmosférica

La característica más llamativa de TOI-561 b es su atmósfera. Según su proximidad a su estrella, la temperatura diurna del planeta debería alcanzar hasta 4.900°F (2.700°C) si fuera una superficie rocosa desnuda. Sin embargo, las mediciones del JWST muestran una temperatura de sólo 3200 °F (1800 °C). Esta discrepancia sugiere la presencia de una atmósfera densa que protege la superficie y redistribuye el calor.

Por qué esto es importante: Los planetas en órbitas tan cercanas suelen quedar despojados de sus atmósferas durante miles de millones de años debido a la radiación estelar. La retención atmosférica de TOI-561 b desafía esta expectativa, lo que indica que los planetas pueden sostener atmósferas incluso en ambientes extremos.

Composición y formación inusuales

La baja densidad del planeta también presenta un enigma. TOI-561 b orbita una estrella vieja y pobre en hierro en el disco grueso de la Vía Láctea, lo que sugiere que se formó en un entorno químicamente distinto al de los planetas de nuestro sistema solar. Es probable que la atmósfera contenga compuestos volátiles, como vapor de agua y nubes de silicato, que contribuyen a una distribución eficiente del calor y a la reflexión de la luz de las estrellas.

Los investigadores creen que los vientos fuertes transportan el calor del día al noche. La atmósfera también absorbe luz infrarroja cercana, lo que reduce aún más la temperatura medida.

“Realmente necesitamos una atmósfera espesa y rica en volátiles para explicar todas las observaciones”, dice el astrónomo Anjali Piette, destacando la necesidad de una composición atmosférica inusual para explicar los datos.

Los hallazgos, publicados en The Astrophysical Journal Letters el 11 de diciembre, subrayan la capacidad del JWST para detectar características planetarias previamente indetectables. El descubrimiento de TOI-561 b plantea cuestiones fundamentales sobre la formación planetaria y la retención atmosférica.

Este planeta demuestra que el universo está lleno de sorpresas y que nuestra comprensión de los sistemas exoplanetarios sigue siendo incompleta. Las observaciones futuras serán cruciales para desentrañar los misterios de este “planeta infernal” y perfeccionar nuestros modelos de cómo evolucionan los planetas en condiciones extremas.