Una nueva investigación revela que la ingestión de cantidades sorprendentemente pequeñas de plástico puede ser fatal para las aves marinas, las tortugas marinas y los mamíferos marinos. Un estudio exhaustivo que analiza más de 10.000 necropsias de animales ha cuantificado la dosis letal de plástico para estas especies vulnerables, destacando la necesidad urgente de frenar la contaminación plástica.
Los umbrales mortales
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, demuestra que incluso cantidades equivalentes a unos pocos terrones de azúcar pueden ser mortales. Para aves marinas como los frailecillos del Atlántico, consumir menos de tres terrones de azúcar de plástico conlleva una probabilidad de muerte del 90%. Las tortugas marinas enfrentan riesgos similares con poco más de dos pelotas de béisbol, mientras que las marsopas corren un alto riesgo con una cantidad aproximadamente del tamaño de una pelota de fútbol.
En el umbral de mortalidad del 50% (lo que significa que la mitad de los animales expuestos mueren), los volúmenes son aún más alarmantes: menos de un terrón de azúcar para los frailecillos, media pelota de béisbol para las tortugas y menos de una sexta parte de un balón de fútbol para las marsopas. Esto subraya lo poco que se necesita plástico para causar un daño significativo.
Cómo se realizó el estudio
Investigadores de Ocean Conservancy analizaron datos de 10.412 necropsias en todo el mundo, examinando la relación entre la ingestión de plástico y la mortalidad en 57 especies de aves marinas, las siete especies de tortugas marinas y 31 especies de mamíferos marinos. Modelaron los riesgos basándose en el total de piezas de plástico, el volumen y el tipo de plástico. El estudio identificó el caucho y los plásticos duros como particularmente letales para las aves marinas, los plásticos blandos y duros para las tortugas y los plásticos blandos y los aparejos de pesca para los mamíferos marinos.
Vulnerabilidades específicas de cada especie
La investigación reveló marcadas diferencias en la vulnerabilidad. Las aves marinas son muy susceptibles al caucho sintético: sólo seis trozos del tamaño de un guisante representan un riesgo de mortalidad del 90%. Las tortugas marinas son especialmente vulnerables a los plásticos blandos como las bolsas de plástico, siendo letales 342 trozos del tamaño de un guisante en el 90% de los casos. Los mamíferos marinos se enfrentan a grandes riesgos debido a los restos de pesca: 28 trozos del tamaño de una pelota de tenis son suficientes para matar a un cachalote en el 90% de los casos.
Tendencias preocupantes
Casi la mitad de los animales del estudio (47% de las tortugas, 35% de las aves marinas, 12% de los mamíferos) tenían plástico en el tracto digestivo en el momento de su muerte. Además, casi la mitad de los animales que ingirieron plásticos ya están clasificados como especies amenazadas por la UICN. El estudio se centró en los macroplásticos (más de 5 milímetros) y no tuvo en cuenta los impactos de los microplásticos ni los riesgos de enredo, lo que sugiere que la verdadera amenaza puede ser aún mayor.
La magnitud del problema
Los científicos estiman que más de 11 millones de toneladas métricas de plástico ingresan al océano anualmente. El estudio refuerza la urgencia de reducir la producción de plástico, mejorar la gestión de residuos y limpiar la contaminación existente. Los esfuerzos voluntarios como la Limpieza Costera Internacional anual de Ocean Conservancy, que ha eliminado más de 400 millones de libras de basura desde 1986, son cruciales pero insuficientes sin un cambio sistémico.
El camino a seguir
Abordar la crisis de la contaminación plástica requiere un enfoque múltiple: reducir la producción de plástico, mejorar la recolección y el reciclaje de desechos y limpiar la contaminación existente. Las soluciones políticas, basadas en datos científicos, son esenciales. El estudio proporciona umbrales concretos de riesgo, lo que permite a los responsables de la formulación de políticas tomar decisiones informadas.
“Esta investigación demuestra que los plásticos oceánicos son una amenaza existencial para la diversidad de la vida en nuestro planeta”, dijo Nicholas Mallos, vicepresidente del programa Ending Ocean Plastics de Ocean Conservancy. Cada acción, desde los esfuerzos de limpieza individuales hasta los cambios de políticas sistémicas, es importante en la lucha para proteger la vida silvestre marina.
