Por primera vez, China se puso en contacto de manera proactiva con la NASA para prevenir una posible colisión de satélites, lo que marca un avance significativo en la cooperación espacial internacional y la mitigación de desechos. Esta acción sin precedentes ocurrió durante un período crucial de creciente despliegue de satélites por parte de ambas naciones.
Alvin Drew, director de Sostenibilidad Espacial de la NASA, reveló la noticia en el Congreso Astronáutico Internacional (IAC) en Sydney. Anteriormente, cuando se detectaban posibles colisiones, la NASA normalmente alertaba a China, solicitándole que ajustara la trayectoria de su satélite mientras la NASA maniobraba a su alrededor. Ahora, los papeles se han invertido: la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) se acercó a la NASA y recomendó una corrección de rumbo por parte de la NASA para evitar una conjunción entre sus satélites.
Este cambio significa una madurez creciente en la gestión del tráfico espacial global y pone de relieve las capacidades cada vez más sofisticadas de conocimiento de la situación espacial de China. Tanto Estados Unidos, impulsado por la constelación Starlink de SpaceX, como China, con sus ambiciosas megaconstelaciones Guowang y Thousand Sails, están aumentando drásticamente el número de satélites que orbitan la Tierra. Esta rápida expansión intensifica la necesidad de medidas cooperativas para prevenir colisiones y minimizar la creación de peligrosas nubes de desechos espaciales.
Este incidente proporciona una prueba indirecta de que China posee ahora un alto grado de conciencia sobre los objetos en órbita. El país ha priorizado explícitamente la conciencia de la situación espacial como crucial para sus ambiciones espaciales descritas en un libro blanco de 2022 que detalla los planes para 2021-2026. Además, China ha declarado públicamente su trabajo en curso sobre tecnologías diseñadas para eliminar los desechos existentes de la órbita.
Aunque la Enmienda Wolf, que restringe la mayoría de las interacciones bilaterales entre la NASA y las entidades chinas, continúa limitando una cooperación más amplia, este ejemplo específico de acción colaborativa subraya un posible deshielo en las relaciones de política espacial.
La maniobra exitosa ejemplifica un cambio crítico hacia la responsabilidad compartida para salvaguardar la sostenibilidad a largo plazo del espacio ultraterrestre.






























