El CBD nanoencapsulado es prometedor para aliviar el dolor

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El uso de productos con cannabidiol (CBD) para el tratamiento del dolor se ha disparado en los últimos años. Impulsados ​​por la legalización del CBD derivado del cáñamo en 2018, estos productos ahora van desde aceites y lociones hasta cosméticos. Si bien se reconoce ampliamente que no es intoxicante a diferencia de su primo el THC, los mecanismos detrás de los posibles efectos analgésicos del CBD siguen siendo en gran medida desconocidos.

A pesar del creciente interés de los consumidores, la FDA sólo ha aprobado el CBD para tratar tipos específicos de epilepsia. Tampoco se recomienda para mujeres embarazadas. Esta falta de claridad subraya la necesidad apremiante de realizar más investigaciones sobre las interacciones del CBD en el cuerpo y el cerebro humanos.

Un avance reciente publicado en la revista Cell Chemical Biology sugiere que la tecnología de nanoencapsulación podría ser la clave para desbloquear todo el potencial terapéutico del CBD, particularmente para el dolor crónico. Investigadores de la Universidad de Rochester, la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital Infantil de Boston descubrieron que la administración de CBD a través de una formulación especial de nanomicelas (CBD-IN) alivió eficazmente el dolor neuropático en ratones sin causar los efectos adversos comunes asociados con los analgésicos tradicionales.

Superando la barrera hematoencefálica

Un obstáculo importante para el CBD es su capacidad limitada para cruzar la barrera hematoencefálica, un escudo protector que rodea el cerebro y que impide la entrada de muchas sustancias, incluidas moléculas grandes como el CBD. Los investigadores abordaron este desafío encapsulando CBD dentro de nanomicelas solubles en agua, formando CBD-IN. Estas esferas microscópicas pueden transportar CBD de forma segura a través de la barrera y hasta el cerebro.

A los 30 minutos de la administración, los ratones tratados con CBD-IN experimentaron un alivio del dolor que persistió incluso después de dosis repetidas. En particular, el tratamiento no causó ningún deterioro en el movimiento, el equilibrio o la memoria, efectos secundarios que se observan frecuentemente con los analgésicos convencionales como los opioides.

Un nuevo mecanismo para aliviar el dolor

Quizás lo más intrigante es que este alivio del dolor no parecía tener relación con los receptores cannabinoides tradicionales (CB1 y CB2), normalmente a los que se dirige el THC y otros compuestos del cannabis. En cambio, el CBD-IN parecía modular señales eléctricas y de calcio más amplias dentro de las células nerviosas, calmando eficazmente los circuitos hiperactivos responsables de la percepción del dolor en el cerebro y la médula espinal sin afectar a las neuronas sanas.

Este hallazgo sugiere un mecanismo potencialmente innovador para el manejo del dolor: atacar la hiperactividad neuronal sin desencadenar los efectos intoxicantes o los riesgos de dependencia asociados con los cannabinoides u opioides tradicionales.

“La implicación más amplia de esta investigación es que la nanotecnología puede hacer que los compuestos naturales como el CBD sean más efectivos y precisos”, explicó el Dr. Kuan Hong Wang, profesor de Neurociencia en la Universidad de Rochester y coautor principal del estudio. “Al mejorar la entrega del cerebro y apuntar sólo a la hiperactividad neuronal relacionada con la enfermedad, esta estrategia podría abrir nuevas puertas para el tratamiento del dolor crónico y posiblemente otros trastornos neurológicos”.

Esta investigación ofrece un rayo de esperanza para millones de personas que luchan contra el dolor crónico. Si bien es crucial realizar más investigaciones, el potencial del CBD nanoencapsulado para revolucionar el manejo del dolor a través de un mecanismo novedoso es innegablemente emocionante.